¿Qué es la ceguera al contexto?

¿Qué es la ceguera al contexto?

En anteriores post hemos hablado de las “teorías clásicas” que explican el pensamiento en el autismo, incidiendo en el déficit en las habilidades mentalistas, en la coherencia central y en las funciones ejecutivas. Estas teorías han explicado gran parte de las dificultades que tienen las personas con autismo en su vida diaria, y nos han ayudado a entender su comportamiento en muchas ocasiones. Pero es importante saber que, aunque han aportado información muy valiosa, hoy podemos decir que son solo algunas piezas del puzle que nos permite comprender el autismo.

Peter Vermeulen en su teoría sobre la “ceguera al contexto” (2007), explica que nuestra mente hace predicciones distintas del mundo en función del contexto y refiere que esto no ocurre igual en las personas con autismo. La “ceguera al contexto” es una habilidad reducida para utilizar el contexto espontáneamente y dar significado a todo lo que ocurre a nuestro alrededor, especialmente cuando la información que recibimos es incompleta o ambigua.

En nuestro día a día todo depende del contexto en el que nos encontramos, ya que nada tiene un significado absoluto. Nuestro cerebro es un verdadero experto en el uso del contexto para ir dando repuestas a toda la información que recibimos.

Esto también ocurre en las expresiones emocionales. ¿Qué significa ver a una persona llorar? Si vemos a una persona llorar podemos pensar que está triste, pero si se encuentra en una fiesta de cumpleaños sorpresa, entenderemos inmediatamente que esa persona está llorando de felicidad. Tal y como explica Vermeulen, es muy probable que la persona con autismo piense que esa persona está llorando de tristeza, siendo muy difícil interpretar el contexto en el que se encuentra.

Es por esto que si enseñamos a la persona con autismo sin tener en cuenta el entorno en que se desarrolla, no estaremos haciendo una intervención adecuada.

El contexto es fundamental y debe formar parte de la enseñanza en todas las áreas de sus vidas. En las habilidades sociales, por ejemplo, debemos tener presente que la mayoría de las veces el problema no está en un déficit de las mismas, sino en la puesta en práctica de estas habilidades en su vida diaria, es decir, saber dónde y cuándo hacerlo. Por tanto, también debemos enseñarles a aplicarlas e interpretarlas en los diferentes contextos de su día a día.

Elena Carratalá
Psicóloga especializada en autismo

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