Consejos prácticos para afrontar las vacaciones de niños/as con autismo

Consejos prácticos para afrontar las vacaciones de niños/as con autismo

Con la llegada del verano llegan las ansiadas pero temidas vacaciones, ya que a pesar de que estamos deseando disfrutar del buen tiempo, pasar más tiempo en familia y llevar a cabo nuevos planes, también es una época en la que las rutinas cambian y hay más tiempo libre, aspectos que pueden llegar a generar cierto estrés en la familia. Las familias de niños y niñas con autismo lo saben bien, debido a la forma en la que todo ello repercute en su funcionamiento diario.

Debemos pensar que las vacaciones de verano son un período de disfrute, para descansar, desconectar y pasar ese tiempo en familia que durante el año no tenemos, dedicando más tiempo de calidad a nuestros hijos e hijas. Para que esto sea posible y las vacaciones no se conviertan en una fuente de estrés, os vamos a hacer una serie de recomendaciones para que podáis preparar estas vacaciones.

La finalización del curso académico marca el inicio del cambio, pasamos de seguir una rutina muy marcada a todo lo contrario, donde ya no hay horarios y el tiempo libre cubre la mayor parte del día. Sabemos que la ruptura de la rutina y el tiempo desestructurado no son positivos para los niños con autismo. La dificultad para anticipar nuevas actividades y adaptarse a los cambios puede llegar a desorientarles y generarles estrés o ansiedad. Para esto os recomendamos:

– Llena el tiempo libre. Para ello, infórmate de los recursos existentes en tu zona de residencia: escuelas de verano, salidas o campamentos y actividades o talleres en asociaciones.
– Planifica rutinas o actividades semejantes a las que realizas el resto del año. Por ejemplo: clases de natación, ir al parque o merendar en casa de un familiar.
– Dedica momentos del día a tareas similares a las escolares, como contar cuentos, juegos de normas o a hacer manualidades.

Por otro lado, es recomendable que en la medida de lo posible, sigáis manteniendo un horario para las rutinas básicas. El desayuno, aseo, comida, merienda, cena o la hora de dormir son rutinas que pueden variar de la hora habitual en la que se solían hacer para establecer un nuevo horario que se ajuste a la nueva rutina del verano.

Con todo ello, ya podréis estructurar todas las tareas y actividades a realizar, siempre partiendo de sus intereses, pero teniendo en cuenta sus obligaciones. Los apoyos visuales son muy útiles para ello, podéis utilizar una agenda diaria, agenda semanal o calendario mensual y colocarlo en un lugar de la casa visible para todos. Elegid el tipo de agenda en función a las características y nivel de vuestro hijo o hija, así como el hacerlo por escrito o emplear imágenes para hacerlo más accesible.

No podemos olvidar que en este nuevo período pueden darse situaciones novedosas como salir a un restaurante, tomar algo en una heladería, ir a casa de unos amigos o cambiar de residencia para pasar las vacaciones de verano. En estos casos debéis ser previsores anticipando la situación con anterioridad. Debemos recordar que las situaciones novedosas generan desconcierto al no saber lo que va a ocurrir, y con ello, dificultades para adaptar su comportamiento. En estas situaciones os recomendamos que elaboréis una historia social o guión social, donde se le expliquen todos los detalles de la situación: lugar, personas que se va a encontrar, qué se va a hacer allí, qué debe hacer él o ella, duración de la actividad,… De esta forma conseguiremos que afronten estas situaciones de manera más adaptativa.

Por último, deciros que todo no van a poder ser rutinas y actividades, debiendo respetar sus momentos de retiro en el que el niño o niña pueda descansar de las demandas sociales o centrarse en sus propios intereses.

Esperamos que estas recomendaciones os sirvan de ayuda para afrontar mejor el período vacacional y os permita disfrutar de buenos momentos en familia.

Ángeles Aguilar
Psicóloga especializada en el Trastorno del Espectro Autista

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